En 1996 el periodista Peter Seewald efectuó una larga entrevista al cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, en la que se trataron multitud de cuestiones que importan a todo el mundo. Estas declaraciones se recogieron en el libro LA SAL DE LA TIERRA, publicado por Ediciones Palabra, que, muy amablemente, ha concedido su permiso para que, en sucesivos números de la revista ITE se ofrezcan frases escogidas del libro que permitan profundizar en el pensamiento del actual Papa.
Presencia de la fe en el mundo
A la afirmación del periodista: “Parece que el contenido de la fe se haya perdido y que la indiferencia ante estas cuestiones se haya hecho cada vez mayor.”
Joseph Ratzinger contesta: “...Quizá debamos abandonar las ideas de iglesia nacional o de masas. Es probable que estemos ante una nueva época de la historia de la Iglesia muy diferente, en la que volvamos a ver una cristiandad semejante a aquel grano de mostaza, que ya está surgiendo en grupos pequeños, aparentemente poco significativos, pero que gastan su vida en luchar intensamente contra el mal, y en tratar de devolver el bien al mundo; están dando entrada a Dios en el mundo.
Veo que un gran movimiento de este género ya está en marcha. Probablemente no habrá conversiones en masa al cristianismo, no se darán cambios que pudieran ser considerados ejemplares para la historia, pero existe una presencia nueva y muy fuerte de la fe, que da aliento a los hombres. Ahora hay más dinamismo, más alegría. Hay una presencia nueva de la fe llena de significado para el mundo.”
Presencia de la fe en el mundo
A la afirmación del periodista: “Parece que el contenido de la fe se haya perdido y que la indiferencia ante estas cuestiones se haya hecho cada vez mayor.”
Joseph Ratzinger contesta: “...Quizá debamos abandonar las ideas de iglesia nacional o de masas. Es probable que estemos ante una nueva época de la historia de la Iglesia muy diferente, en la que volvamos a ver una cristiandad semejante a aquel grano de mostaza, que ya está surgiendo en grupos pequeños, aparentemente poco significativos, pero que gastan su vida en luchar intensamente contra el mal, y en tratar de devolver el bien al mundo; están dando entrada a Dios en el mundo.
Veo que un gran movimiento de este género ya está en marcha. Probablemente no habrá conversiones en masa al cristianismo, no se darán cambios que pudieran ser considerados ejemplares para la historia, pero existe una presencia nueva y muy fuerte de la fe, que da aliento a los hombres. Ahora hay más dinamismo, más alegría. Hay una presencia nueva de la fe llena de significado para el mundo.”
