La Comisión Internacional para el Desarrollo, un organismo independiente que tiene su sede en Gran Bretaña, ha hecho público su informe anual titulado “Conflictos y Desarrollo” en el que se afirma que prevenir y poner fin a los conflictos armados puede crear un clima favorable a la reducción de la pobreza que pretenden los programas humanitarios. Según dicho informe, el gasto de cada conflicto es equivalente al valor mundial de las ayudas al desarrollo en un año. Según una estimación aproximada, un conflicto armado en un país del sur del mundo puede costar cuarenta y tres mil millones de euros, mientras que la cantidad destinada a ayuda humanitaria, en el año 2004, fue de sesenta y dos mil millones de euros.
Las Naciones Unidas necesitarán este año unos tres mil millones de euros para ayudar a 27 millones de personas en el mundo, sobre todo mujeres y niños, cuyas vidas se ven afectadas por conflictos y calamidades. Lo ha dicho su secretario general en un llamamiento a la colaboración que efectuó a los representantes de las organizaciones no gubernamentales que trabajan con la ONU, colaborando en sus programas de ayuda humanitaria. En esta era de prosperidad sin precedentes hay todavía muchas personas que no tienen cubiertos sus derechos fundamentales como la sanidad, el agua potable y la casa. En la ONU esto produce mucha preocupación y también existe un cierto malestar por las escasas aportaciones de los países ricos para paliar las necesidades esenciales de los pobres. Se ha calculado que, si todos los habitantes de los países ricos renunciaran a dos tazas de café al año y donaran su importe, se llegaría a alcanzar el total que se necesita para estas ayudas.
A primeros del mes de julio ha tenido lugar en Moscú un Congreso convocado por el Consejo Interreligioso de Rusia, con participación de la Iglesia Católica. Benedicto XVI ha agradecido la invitación al Patriarca de Moscú Alexis II y ha dicho que “esta significativa reunión de representantes de las religiones del mundo muestra el deseo común de promover el diálogo para encontrar un orden mundial más justo y pacífico”. El Papa ha expresado el deseo de que “gracias al sincero empeño de todos, se puedan encontrar espacios y acciones de efectiva colaboración, en el respeto y en la compresión recíprocas, para hacer frente a los retos que tiene planteado nuestro mundo actual”
Según el cardenal Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, África es el continente con un mayor aumento anual en el número de nuevos cristianos. De la vivacidad de tal crecimiento dan testimonio la creación de nuevas parroquias y diócesis así como nuevos monasterios e institutos de estudios eclesiásticos superiores. También proliferan, en todas las diócesis, las Comisiones de Justicia y Paz, e iniciativas de solidaridad a favor de los pobres, los necesitados, los enfermos y los refugiados. En África, la Iglesia es una de las poquísimas instituciones capaces de llevar adelante, de manera continua y efectiva, el servicio a los más necesitados.
En enero de 2006, los obispos de Perú decidieron unánimemente consagrar la nación a la Santísima Virgen María. Esta consagración se realizará solemnemente a finales de este mes de agosto durante la celebración del Congreso Eucarístico Nacional que tendrá lugar en Chimbote. Los obispos esperan que el acontecimiento no sea un mero acto de devoción más, sino un verdadero hito para la Iglesia en Perú. En una carta dirigida por los obispos a todos los fieles afirman que “se trata de un profundo acto de fe y oración que significa al mismo tiempo un serio compromiso, de parte de las personas y las familias, a vivir su consagración bautismal en todos los momentos de sus vidas. Será el inicio de la Gran Misión Continental que se convocó en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
Las Naciones Unidas necesitarán este año unos tres mil millones de euros para ayudar a 27 millones de personas en el mundo, sobre todo mujeres y niños, cuyas vidas se ven afectadas por conflictos y calamidades. Lo ha dicho su secretario general en un llamamiento a la colaboración que efectuó a los representantes de las organizaciones no gubernamentales que trabajan con la ONU, colaborando en sus programas de ayuda humanitaria. En esta era de prosperidad sin precedentes hay todavía muchas personas que no tienen cubiertos sus derechos fundamentales como la sanidad, el agua potable y la casa. En la ONU esto produce mucha preocupación y también existe un cierto malestar por las escasas aportaciones de los países ricos para paliar las necesidades esenciales de los pobres. Se ha calculado que, si todos los habitantes de los países ricos renunciaran a dos tazas de café al año y donaran su importe, se llegaría a alcanzar el total que se necesita para estas ayudas.
A primeros del mes de julio ha tenido lugar en Moscú un Congreso convocado por el Consejo Interreligioso de Rusia, con participación de la Iglesia Católica. Benedicto XVI ha agradecido la invitación al Patriarca de Moscú Alexis II y ha dicho que “esta significativa reunión de representantes de las religiones del mundo muestra el deseo común de promover el diálogo para encontrar un orden mundial más justo y pacífico”. El Papa ha expresado el deseo de que “gracias al sincero empeño de todos, se puedan encontrar espacios y acciones de efectiva colaboración, en el respeto y en la compresión recíprocas, para hacer frente a los retos que tiene planteado nuestro mundo actual”
Según el cardenal Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, África es el continente con un mayor aumento anual en el número de nuevos cristianos. De la vivacidad de tal crecimiento dan testimonio la creación de nuevas parroquias y diócesis así como nuevos monasterios e institutos de estudios eclesiásticos superiores. También proliferan, en todas las diócesis, las Comisiones de Justicia y Paz, e iniciativas de solidaridad a favor de los pobres, los necesitados, los enfermos y los refugiados. En África, la Iglesia es una de las poquísimas instituciones capaces de llevar adelante, de manera continua y efectiva, el servicio a los más necesitados.
En enero de 2006, los obispos de Perú decidieron unánimemente consagrar la nación a la Santísima Virgen María. Esta consagración se realizará solemnemente a finales de este mes de agosto durante la celebración del Congreso Eucarístico Nacional que tendrá lugar en Chimbote. Los obispos esperan que el acontecimiento no sea un mero acto de devoción más, sino un verdadero hito para la Iglesia en Perú. En una carta dirigida por los obispos a todos los fieles afirman que “se trata de un profundo acto de fe y oración que significa al mismo tiempo un serio compromiso, de parte de las personas y las familias, a vivir su consagración bautismal en todos los momentos de sus vidas. Será el inicio de la Gran Misión Continental que se convocó en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
