Carlos Trullás Arquer
Estudiante de Ingeniería Informática
Estudiante de Ingeniería Informática
David Kilgour fue miembro del Parlamento del Canadá que se dedica actualmente a promover la lucha en favor de los derechos humanos en todo el mundo. En febrero de este año dio una conferencia en Taipei (Taiwan) con el título: “Los Derechos Humanos en China y los Juegos Olímpicos del 2008”. Los párrafos más sugestivos se transcriben a continuación:
“Ser el anfitrión de una Olimpiada y al mismo tiempo incrementar la opresión, no es compatible con la Carta Moderna Olímpica, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y ser signatario de otros documentos internacionales.
El gobierno chino cree que puede cambiar su reputación gastando enormes cantidades de dinero en las infraestructuras de los Juegos a pesar de sus bien documentadas violaciones sistemáticas a la dignidad humana. Lo opuesto es lo más probable. Hace unos meses, en Canadá, 9 de 10 encuestados estaban a favor de cambiar la Ley Mercantil con China, debido al abuso en los derechos humanos. En 2006, el año más reciente con cifras disponibles, hubo el doble de arrestos en China con respecto al año anterior, por el delito de “poner en peligro la seguridad del estado”, argumento que suelen usar los gobiernos totalitarios para silenciar a periodistas, abogados de derechos civiles y defensores de la libertad religiosa. Entre estos arrestos se encuentran el del abogado Gao Zhisheng, que fue nominado para el Premio Nobel de la Paz el año pasado y que ha sido detenido y golpeado continuamente, el abogado de derechos humanos y del medio ambiente Hu Jia, el abogado ciego auto-didacta Chen Guangcheng, ahora en prisión por 4 años, y el abogado de derechos civiles Guo Feixiong, en prisión por un término de 5 años.
Hace cerca de 18 meses que, con mis colaboradores, empezamos nuestro estudio independiente sobre la extracción de órganos de los prisioneros de conciencia de Falun Gong. Mi ingenuidad acerca del partido-estado chino era muy lejana y profunda. Varias visitas al país, incluyendo algunas como secretario de estado para Asia-Pacífico, no la disminuyó significativamente por varias razones. Sólo cuando comencé a leer libros y otros materiales escritos por conocedores pro China de pensamiento independiente, mis ojos empezaron a abrirse. Nuestra investigación independiente concluyó que desde finales del año 2000, el partido-estado chino y sus agencias han matado a miles de practicantes de Falun Gong, muchos de ellos sin juicio, para luego vender sus órganos vitales por grandes cantidades de dinero, a menudo a “turistas de órganos” de países ricos. Los practicantes de Falun Gong realmente procuran vivir de acuerdo con sus principios de “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”, que comparten virtualmente con todas las comunidades espirituales del mundo. Conseguimos hablar, en varios países con un pequeño número de practicantes de Falun Gong, que fueron llevados a campos de trabajos forzados desde 1991 y luego, ya reeducados, abandonaron después los campos y China. Nos dijeron que trabajaban en condiciones espantosas, durante más de 16 horas diarias, sin salario y con poca comida y muchos de ellos durmiendo en el mismo cuarto, elaborando productos para la exportación; desde clasificar prendas de vestir, palitos chinos para comer hasta adornos navideños para compañías multinacionales. Estos campos de trabajo, que existen en toda China desde hace cincuenta años, son muy similares a los de Stalin en Rusia y Hitler en Alemania. Operan fuera del sistema legal y permiten al partido enviar a cualquiera por más de 4 años sin audiencia y sin apelación, simplemente se los lleva la policía con una orden firmada.
La fase de propaganda de la persecución empezó a mediados de 1999 en contra de un colectivo de unos setenta millones de practicantes de Falun Gong en China, una práctica que fue satanizada, difamada y deshumanizada en todos los medios controlados por el partido. El fenómeno recuerda a una campaña de medios similar, por el partido-estado de Ruanda contra la minoría tutsi, anterior al genocidio entre abril y junio de 1994.
La Asociación Médica China está ahora de acuerdo con la Asociación Médica Mundial en que los “turistas de órganos” no obtendrán más trasplantes en China. Quizás no es nada más que relaciones públicas encaminadas a beneficiar a las Olimpiadas de Pekín, o es que los órganos secuestrados de los “donantes”, serán ahora para pacientes chinos adinerados, con su comercio grotesco continuando con el mismo volumen.
Los ojos del mundo están puestos en las Olimpiadas debido a que muestran lo mejor del talento atlético de nuestra familia de naciones. Lamentablemente, los juegos de verano de este año encaran una oposición que se incrementa debido a que el gobierno anfitrión es uno de los grandes violadores sistemáticos de la dignidad humana en el mundo.
El Comité Olímpico Internacional concedió a China las Olimpiadas, sólo después de que este país se comprometiera a respetar la Carta Olímpica y mejorar su expediente en derechos humanos. Muchas organizaciones independientes han observado que ese expediente en realidad ha empeorado conforme se acercan los Juegos de Pekín 2008.
El gobierno chino que ultraja a seres humanos, juzgándolos como “enemigos del partido”, en casa y en el extranjero mientras monta a toda prisa los Juegos Olímpicos, provoca una comprensible reacción de llamada al boicot. Tanto los Juegos Olímpicos como los Derechos Humanos en todo el mundo comparten un objetivo común: la unidad, la dignidad y la igualdad entre toda la familia humana. Cuando este precepto es violado sistemáticamente por el gobierno anfitrión de una Olimpiada, como es el caso de este año, el movimiento olímpico moderno como un todo se pone en tela de juicio.
La Carta Olímpica asigna al Comité Olímpico Internacional la vigilancia del acatamiento de su reglamento. El Comité Olímpico Internacional debería pedir a los organizadores de los Juegos Olímpicos del 2008 que acaten la Carta y frenen la discriminación contra cualquier grupo o individuo durante sus juegos.
Pero ahora los ciudadanos están adquiriendo cada vez más conciencia democrática y también de la grave corrupción entre el partido y los funcionarios del gobierno, siendo cada vez más urgente presionar de manera constante con reformas al sistema político. Asimismo se necesita restringir los poderes del partido y expandir los derechos de los ciudadanos, periodistas y creyentes religiosos. Esperemos que alguien esté escuchando.”
Hasta aquí las palabras del político canadiense.
“Ser el anfitrión de una Olimpiada y al mismo tiempo incrementar la opresión, no es compatible con la Carta Moderna Olímpica, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y ser signatario de otros documentos internacionales.
El gobierno chino cree que puede cambiar su reputación gastando enormes cantidades de dinero en las infraestructuras de los Juegos a pesar de sus bien documentadas violaciones sistemáticas a la dignidad humana. Lo opuesto es lo más probable. Hace unos meses, en Canadá, 9 de 10 encuestados estaban a favor de cambiar la Ley Mercantil con China, debido al abuso en los derechos humanos. En 2006, el año más reciente con cifras disponibles, hubo el doble de arrestos en China con respecto al año anterior, por el delito de “poner en peligro la seguridad del estado”, argumento que suelen usar los gobiernos totalitarios para silenciar a periodistas, abogados de derechos civiles y defensores de la libertad religiosa. Entre estos arrestos se encuentran el del abogado Gao Zhisheng, que fue nominado para el Premio Nobel de la Paz el año pasado y que ha sido detenido y golpeado continuamente, el abogado de derechos humanos y del medio ambiente Hu Jia, el abogado ciego auto-didacta Chen Guangcheng, ahora en prisión por 4 años, y el abogado de derechos civiles Guo Feixiong, en prisión por un término de 5 años.
Hace cerca de 18 meses que, con mis colaboradores, empezamos nuestro estudio independiente sobre la extracción de órganos de los prisioneros de conciencia de Falun Gong. Mi ingenuidad acerca del partido-estado chino era muy lejana y profunda. Varias visitas al país, incluyendo algunas como secretario de estado para Asia-Pacífico, no la disminuyó significativamente por varias razones. Sólo cuando comencé a leer libros y otros materiales escritos por conocedores pro China de pensamiento independiente, mis ojos empezaron a abrirse. Nuestra investigación independiente concluyó que desde finales del año 2000, el partido-estado chino y sus agencias han matado a miles de practicantes de Falun Gong, muchos de ellos sin juicio, para luego vender sus órganos vitales por grandes cantidades de dinero, a menudo a “turistas de órganos” de países ricos. Los practicantes de Falun Gong realmente procuran vivir de acuerdo con sus principios de “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”, que comparten virtualmente con todas las comunidades espirituales del mundo. Conseguimos hablar, en varios países con un pequeño número de practicantes de Falun Gong, que fueron llevados a campos de trabajos forzados desde 1991 y luego, ya reeducados, abandonaron después los campos y China. Nos dijeron que trabajaban en condiciones espantosas, durante más de 16 horas diarias, sin salario y con poca comida y muchos de ellos durmiendo en el mismo cuarto, elaborando productos para la exportación; desde clasificar prendas de vestir, palitos chinos para comer hasta adornos navideños para compañías multinacionales. Estos campos de trabajo, que existen en toda China desde hace cincuenta años, son muy similares a los de Stalin en Rusia y Hitler en Alemania. Operan fuera del sistema legal y permiten al partido enviar a cualquiera por más de 4 años sin audiencia y sin apelación, simplemente se los lleva la policía con una orden firmada.
La fase de propaganda de la persecución empezó a mediados de 1999 en contra de un colectivo de unos setenta millones de practicantes de Falun Gong en China, una práctica que fue satanizada, difamada y deshumanizada en todos los medios controlados por el partido. El fenómeno recuerda a una campaña de medios similar, por el partido-estado de Ruanda contra la minoría tutsi, anterior al genocidio entre abril y junio de 1994.
La Asociación Médica China está ahora de acuerdo con la Asociación Médica Mundial en que los “turistas de órganos” no obtendrán más trasplantes en China. Quizás no es nada más que relaciones públicas encaminadas a beneficiar a las Olimpiadas de Pekín, o es que los órganos secuestrados de los “donantes”, serán ahora para pacientes chinos adinerados, con su comercio grotesco continuando con el mismo volumen.
Los ojos del mundo están puestos en las Olimpiadas debido a que muestran lo mejor del talento atlético de nuestra familia de naciones. Lamentablemente, los juegos de verano de este año encaran una oposición que se incrementa debido a que el gobierno anfitrión es uno de los grandes violadores sistemáticos de la dignidad humana en el mundo.
El Comité Olímpico Internacional concedió a China las Olimpiadas, sólo después de que este país se comprometiera a respetar la Carta Olímpica y mejorar su expediente en derechos humanos. Muchas organizaciones independientes han observado que ese expediente en realidad ha empeorado conforme se acercan los Juegos de Pekín 2008.
El gobierno chino que ultraja a seres humanos, juzgándolos como “enemigos del partido”, en casa y en el extranjero mientras monta a toda prisa los Juegos Olímpicos, provoca una comprensible reacción de llamada al boicot. Tanto los Juegos Olímpicos como los Derechos Humanos en todo el mundo comparten un objetivo común: la unidad, la dignidad y la igualdad entre toda la familia humana. Cuando este precepto es violado sistemáticamente por el gobierno anfitrión de una Olimpiada, como es el caso de este año, el movimiento olímpico moderno como un todo se pone en tela de juicio.
La Carta Olímpica asigna al Comité Olímpico Internacional la vigilancia del acatamiento de su reglamento. El Comité Olímpico Internacional debería pedir a los organizadores de los Juegos Olímpicos del 2008 que acaten la Carta y frenen la discriminación contra cualquier grupo o individuo durante sus juegos.
Pero ahora los ciudadanos están adquiriendo cada vez más conciencia democrática y también de la grave corrupción entre el partido y los funcionarios del gobierno, siendo cada vez más urgente presionar de manera constante con reformas al sistema político. Asimismo se necesita restringir los poderes del partido y expandir los derechos de los ciudadanos, periodistas y creyentes religiosos. Esperemos que alguien esté escuchando.”
Hasta aquí las palabras del político canadiense.
