Paula Neugeboren
Sociòloga
Sociòloga
La aparición de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación ha influido en la evolución de los comportamientos de muchos ciudadanos de finales del siglo pasado y en la mayoría de los de este siglo.
Es un fenómeno que elimina las referencias tangibles. El horizonte hasta donde llega la percepción de los seres humanos está cambiando de modo que el barrio, la ciudad, e incluso el país donde vivimos dejan de ser una referencia fija. Las nuevas tecnologías permiten que los medios de comunicación nos hagan partícipes de los acontecimientos que ocurren en latitudes diversas y lejanas. Por ejemplo, ocurre un suceso en un lugar del mundo y, a los pocos minutos, las emisoras de radio de otros lugares muy distantes ya lo anuncian. Y el uso de los teléfonos móviles nos obliga también a un cambio de actitud. Cando llamamos a un teléfono fijo, sabemos que los hacemos a una casa concreta; al llamar a un móvil, sólo sabemos que llamamos a una persona, pero ignoramos donde se encuentra. Así pues, las nuevas tecnologías han levantado las barreras del espacio y del tiempo.
Según estadísticas que han sido publicadas, parece ser que las nuevas tecnologías facilitan el desarrollo intelectual de sus usuarios, que son más perspicaces, más hábiles y más ágiles mentalmente. Incluso se ha dicho que son más sociables. En cualquier caso, la mejora de los procesos de información no significa evidentemente una garantía de buena calidad de los contenidos de la propia información.
Pero lo más destacable es que los nuevos instrumentos de la sociedad de la información, a diferencia de los medios de comunicación convencionales, permiten a no sólo recibir información sino también generarla. En esto consiste el gran cambio de los últimos años.
Los medios de comunicación convencionales, como el periódico y la televisión, sólo permiten una actitud receptiva y las nuevas tecnologías, como el ordenador y el teléfono móvil, estimulan una actitud interactiva. Este carácter de interactividad rompe el modelo lineal de comunicación, ya que los usuarios no sólo consumen el contenido de los medios, sino que lo comparten con otros, lo reproducen, lo redistribuyen, y lo comentan.
De igual forma, es relativamente asequible la posibilidad de creación de webs, aunque sean rudimentarias. Hay muchas webs y su aumento es vertiginoso. Y los contenidos, que pueden ser muy buenos o muy malos, se encuentran en internet a disposición de los usuarios.
Y, como estimulan la interacción, favorecen la construcción colectiva del conocimiento. Aparece así el aprendizaje colectivo, la instrucción transversal. Todos somos a la vez profesores y alumnos. En Internet, a veces buscamos (es decir, nos comportamos como alumnos) y a veces damos (es decir, nos comportamos como profesores). Y somos muchos los que, por un lado, buscamos y también muchos los que, por otro lado, también publicamos.
Esto marca y define una generación, que actúa de forma distinta de la anterior. Internet nos permite a todos actuar como si fuéramos diseñadores, periodistas, o escritores.
Hay un gran auge de las webs de participación. Por ejemplo, las recreativas, como el inquietante fenómeno llamado Second Life, o las supuestamente enciclopédicas (Wikipedia). Y aquellas, como los blogs, en las que su autor quiere comunicarse, expresar sus pensamientos.
Antes, había gente que escribía sus pensamientos e inquietudes en su diario personal que solía ser reservado. Si alguien quería manifestar sus pensamientos o inquietudes de forma que otras personas se enteraran, tenía el recurso de escribir una carta a un periódico y esperar que se la publicaran. Ahora ha aparecido un nuevo invento: el blog, que es la síntesis del diario personal y las cartas al director. Las vivencias y los pensamientos se reflejan en los blogs y aparece el nuevo impulso del deseo de comunicar. Este impulso comunicador llega a ser exhibicionista.
Las bases para la generalización del uso de las nuevas tecnologías son la seguridad y la confianza.
Wikipedia, que es una de las páginas más visitadas, está aumentando, de forma imparable el número de visitas. Como es sabido, es una enciclopedia de elaboración participativa, lo cual quiere decir que los propios lectores pueden ser a la vez autores, sin que exista un criterio de revisión formal de sus contenidos. En Wikipedia, la voz de un estudiante de secundaria tiene el mismo valor que la de un erudito universitario o que la de un profesional con experiencia. Con sus millones de autores aficionados y su contenido poco de fiar, Wikipedia es el decimoséptimo sitio con más visitas de internet, mientras que la Enciclopedia Británica, entre cuyos autores hay cien premios Nobel y 4.000 expertos contrastados, está en el lugar 5.128 de la lista.
El número de usuarios de Internet va subiendo, sin llegar a una meseta. No hay signos de estancamiento porque en algunos países existe una brecha informática o desigualdad tecnológica que lentamente se va corrigiendo. Hay muchas web y su aumento es vertiginoso.
No obstante, a pesar de tantos millones de web, existe un embudo fenomenal por el que todos los usuarios pasamos. Es otra web estrella, que merece un comentario. Es el embudo fenomenal por el que se filtran tantos millones de webs. Es la auténtica manifestación de la globalización informativa: el buscador Google. Conviene saber que este buscador funciona con algoritmos que clasifican los sitios según el número de búsquedas previas, y no atiende a nuestras peticiones sirviéndonos las direcciones más creíbles o de fiar, sino con las más populares. De resultas de ello, nuestro conocimiento sobre cualquier materia, ya sea política, literatura, ciencia, va siendo perfilado por un buscador que no es sino un registro de previas peticiones. Además, el buscador de Google puede ser fácilmente manipulado o corrompido para que ciertos sitios sean destacados o ganen posiciones en la lista que se nos propone.
Estos ejemplos deben servirnos para rechazar la idea de que todo lo nuevo ha de ser aceptado sin criterio crítico. La nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especialmente internet, son un instrumento utilísimo y prácticamente imprescindibles en la sociedad moderna actual. Pero su uso ha de estar siempre supeditado a un discernimiento previo que entienda su valor educativo y formativo. No todo vale, ni todo es positivo.
Es un fenómeno que elimina las referencias tangibles. El horizonte hasta donde llega la percepción de los seres humanos está cambiando de modo que el barrio, la ciudad, e incluso el país donde vivimos dejan de ser una referencia fija. Las nuevas tecnologías permiten que los medios de comunicación nos hagan partícipes de los acontecimientos que ocurren en latitudes diversas y lejanas. Por ejemplo, ocurre un suceso en un lugar del mundo y, a los pocos minutos, las emisoras de radio de otros lugares muy distantes ya lo anuncian. Y el uso de los teléfonos móviles nos obliga también a un cambio de actitud. Cando llamamos a un teléfono fijo, sabemos que los hacemos a una casa concreta; al llamar a un móvil, sólo sabemos que llamamos a una persona, pero ignoramos donde se encuentra. Así pues, las nuevas tecnologías han levantado las barreras del espacio y del tiempo.
Según estadísticas que han sido publicadas, parece ser que las nuevas tecnologías facilitan el desarrollo intelectual de sus usuarios, que son más perspicaces, más hábiles y más ágiles mentalmente. Incluso se ha dicho que son más sociables. En cualquier caso, la mejora de los procesos de información no significa evidentemente una garantía de buena calidad de los contenidos de la propia información.
Pero lo más destacable es que los nuevos instrumentos de la sociedad de la información, a diferencia de los medios de comunicación convencionales, permiten a no sólo recibir información sino también generarla. En esto consiste el gran cambio de los últimos años.
Los medios de comunicación convencionales, como el periódico y la televisión, sólo permiten una actitud receptiva y las nuevas tecnologías, como el ordenador y el teléfono móvil, estimulan una actitud interactiva. Este carácter de interactividad rompe el modelo lineal de comunicación, ya que los usuarios no sólo consumen el contenido de los medios, sino que lo comparten con otros, lo reproducen, lo redistribuyen, y lo comentan.
De igual forma, es relativamente asequible la posibilidad de creación de webs, aunque sean rudimentarias. Hay muchas webs y su aumento es vertiginoso. Y los contenidos, que pueden ser muy buenos o muy malos, se encuentran en internet a disposición de los usuarios.
Y, como estimulan la interacción, favorecen la construcción colectiva del conocimiento. Aparece así el aprendizaje colectivo, la instrucción transversal. Todos somos a la vez profesores y alumnos. En Internet, a veces buscamos (es decir, nos comportamos como alumnos) y a veces damos (es decir, nos comportamos como profesores). Y somos muchos los que, por un lado, buscamos y también muchos los que, por otro lado, también publicamos.
Esto marca y define una generación, que actúa de forma distinta de la anterior. Internet nos permite a todos actuar como si fuéramos diseñadores, periodistas, o escritores.
Hay un gran auge de las webs de participación. Por ejemplo, las recreativas, como el inquietante fenómeno llamado Second Life, o las supuestamente enciclopédicas (Wikipedia). Y aquellas, como los blogs, en las que su autor quiere comunicarse, expresar sus pensamientos.
Antes, había gente que escribía sus pensamientos e inquietudes en su diario personal que solía ser reservado. Si alguien quería manifestar sus pensamientos o inquietudes de forma que otras personas se enteraran, tenía el recurso de escribir una carta a un periódico y esperar que se la publicaran. Ahora ha aparecido un nuevo invento: el blog, que es la síntesis del diario personal y las cartas al director. Las vivencias y los pensamientos se reflejan en los blogs y aparece el nuevo impulso del deseo de comunicar. Este impulso comunicador llega a ser exhibicionista.
Las bases para la generalización del uso de las nuevas tecnologías son la seguridad y la confianza.
Wikipedia, que es una de las páginas más visitadas, está aumentando, de forma imparable el número de visitas. Como es sabido, es una enciclopedia de elaboración participativa, lo cual quiere decir que los propios lectores pueden ser a la vez autores, sin que exista un criterio de revisión formal de sus contenidos. En Wikipedia, la voz de un estudiante de secundaria tiene el mismo valor que la de un erudito universitario o que la de un profesional con experiencia. Con sus millones de autores aficionados y su contenido poco de fiar, Wikipedia es el decimoséptimo sitio con más visitas de internet, mientras que la Enciclopedia Británica, entre cuyos autores hay cien premios Nobel y 4.000 expertos contrastados, está en el lugar 5.128 de la lista.
El número de usuarios de Internet va subiendo, sin llegar a una meseta. No hay signos de estancamiento porque en algunos países existe una brecha informática o desigualdad tecnológica que lentamente se va corrigiendo. Hay muchas web y su aumento es vertiginoso.
No obstante, a pesar de tantos millones de web, existe un embudo fenomenal por el que todos los usuarios pasamos. Es otra web estrella, que merece un comentario. Es el embudo fenomenal por el que se filtran tantos millones de webs. Es la auténtica manifestación de la globalización informativa: el buscador Google. Conviene saber que este buscador funciona con algoritmos que clasifican los sitios según el número de búsquedas previas, y no atiende a nuestras peticiones sirviéndonos las direcciones más creíbles o de fiar, sino con las más populares. De resultas de ello, nuestro conocimiento sobre cualquier materia, ya sea política, literatura, ciencia, va siendo perfilado por un buscador que no es sino un registro de previas peticiones. Además, el buscador de Google puede ser fácilmente manipulado o corrompido para que ciertos sitios sean destacados o ganen posiciones en la lista que se nos propone.
Estos ejemplos deben servirnos para rechazar la idea de que todo lo nuevo ha de ser aceptado sin criterio crítico. La nuevas tecnologías de la información y la comunicación, especialmente internet, son un instrumento utilísimo y prácticamente imprescindibles en la sociedad moderna actual. Pero su uso ha de estar siempre supeditado a un discernimiento previo que entienda su valor educativo y formativo. No todo vale, ni todo es positivo.
